Cuando hablamos de música, más concretamente de la armonía, los acordes son una parte fundamental. Estos conjuntos de notas son los que dan la "cuerda armónica" a una canción y, en consecuencia, son los que crean los diferentes ambientes musicales. Uno de los tipos de acordes más complejos son los acordes de treceavos, los cuales tienen una gran riqueza tonal y que pueden ser usados de diferentes formas en distintos estilos musicales. En este artículo, vamos a explorar la complejidad de estos acordes de treceavos y cómo afectan a la armonía de una canción.
Un acorde de treceavos, como su propio nombre indica, consta de 13 notas. A simple vista, puede parecer algo inusual, ya que la mayoría de los acordes suelen tener entre tres y siete notas. Sin embargo, es importante destacar que no todas las notas se tocan al mismo tiempo y que la mayoría de los acordes de treceavos suelen estar formados por un acorde de séptima al que se le añaden notas adicionales.
Por ejemplo, si cogemos un acorde de séptima de dominante de la tonalidad de Do mayor (G7), tendríamos las notas G, B, D y F. Si le añadimos una novena (A) al acorde, tendríamos un acorde de novena de dominante (G9), si le añadimos una undécima (C) tendríamos un acorde de onceava de dominante (G11) y si le añadimos una decimotercera (E) tendríamos un acorde de treceava de dominante (G13).
Existen diferentes tipos de acordes de treceavos según su función armónica. En la música popular, los más comunes son los acordes de treceavos de dominante y los acordes de treceavos de séptima mayor. Vamos a explorar cada uno de ellos.
Los acordes de treceavos de dominante son aquellos que se utilizan para crear tensión en la armonía musical. Son fundamentales en la música popular, especialmente en géneros como el jazz o el blues. Estos acordes están formados por un acorde de séptima de dominante al que se le añaden las notas de la novena, la undécima y la treceava.
Por ejemplo, si cogemos el acorde de séptima de dominante de la tonalidad de Si bemol mayor (F7), tendríamos las notas F, A, C y E bemol. Si le añadimos las notas de la novena (G), la undécima (B bemol) y la treceava (D), tendríamos un acorde de treceava de dominante de Si bemol (F13).
Los acordes de treceavos de séptima mayor son aquellos que se forman a partir de un acorde de séptima mayor. A diferencia de los acordes de treceavos de dominante, estos acordes no generan tanta tensión y se suelen utilizar para crear una atmósfera más relajada o romántica.
Por ejemplo, si cogemos el acorde de séptima mayor de la tonalidad de Fa mayor (Fmaj7), tendríamos las notas F, A, C y E. Si le añadimos las notas de la novena (G), la undécima (B bemol) y la treceava (D), tendríamos un acorde de treceava de séptima mayor de Fa (Fmaj13).
Tocar acordes de treceavos puede ser un desafío, no sólo técnico sino también teórico. A nivel técnico, estos acordes requieren que el músico tenga suficiente extensión de los dedos para poder tocar todas las notas y, al mismo tiempo, que tenga capacidad para hacerlo con precisión y velocidad.
A nivel teórico, los acordes de treceavos pueden ser complicados de entender, ya que tienen una gran cantidad de notas que pueden generar confusión, especialmente si se utilizan con frecuencia en la armonía de una canción. Además, estos acordes pueden ser difíciles de identificar en partituras debido a la gran cantidad de notas que aparecen en cada uno de ellos.
Los acordes de treceavos son muy versátiles y su uso va más allá de la música popular. A continuación, veremos algunos ejemplos de cómo se utilizan estos acordes en diferentes géneros musicales.
El jazz es uno de los géneros musicales donde más se utilizan los acordes de treceavos. Los músicos de jazz suelen improvisar sobre acordes de treceavos de dominante, lo que les permite crear diferentes texturas y ambientes sonoros en sus solos. Además, estos acordes suelen utilizarse para crear progresiones armónicas más complejas, como por ejemplo, la progresión II-V-I.
El blues es otro género musical que utiliza los acordes de treceavos de dominante en su armonía. Estos acordes se utilizan para crear la típica progresión de blues, la cual se utiliza en numerosas canciones de este género musical. Además, los acordes de treceavos también son utilizados en los solos de guitarra de blues, lo que les permite a los músicos improvisar sobre diferentes tonos y notas de la escala.
El funk es un género musical que utiliza los acordes de treceavos para crear un ritmo bailable y pegadizo. Estos acordes se utilizan en canciones de funk para crear progresiones armónicas complejas que permiten a los músicos tocar con diferentes patrones rítmicos. Además, los acordes de treceavos también se utilizan en los solos de bajo y batería, lo que les permite a estos instrumentos tener un mayor protagonismo en la música.
En conclusión, los acordes de treceavos son una parte importante de la armonía musical que pueden ser utilizados de diferentes formas en diferentes estilos musicales. Aunque puede haber algunos desafíos técnicos y teóricos al tocar y entender estos acordes, su versatilidad y riqueza tonal los hacen indispensables en la música popular. Si eres un músico que quiere profundizar en la armonía musical, aprender a tocar y entender los acordes de treceavos puede ser una buena forma de mejorar tu técnica y ampliar tu creatividad en el arte de la música.