Los acordes invertidos son una herramienta muy valiosa a la hora de tocar música contemporánea. En este artículo explicaremos qué son los acordes invertidos, cómo se forman y cómo se utilizan en diferentes contextos musicales.
Los acordes invertidos son acordes en los que la nota más baja no es la nota fundamental, sino una de las notas superiores del acorde. Por ejemplo, el acorde de Do mayor normalmente está formado por las notas Do, Mi y Sol. En un acorde de Do mayor invertido, la nota más baja podría ser Mi o Sol en lugar de Do.
Los acordes invertidos se pueden formar a partir de cualquier acorde, no solo de acordes mayores o menores. También se pueden invertir acordes disminuidos, aumentados, séptimos y novenos.
Los acordes invertidos ofrecen una mayor variedad sonora y permiten a los músicos crear progresiones de acordes más interesantes. También facilitan la transición entre diferentes acordes, ya que algunos acordes invertidos comparten notas con el acorde anterior o siguiente.
Además, los acordes invertidos pueden ayudar a los músicos a tocar notas que estén fuera del rango usual de su instrumento. Por ejemplo, un guitarrista podría utilizar acordes invertidos para tocar una melodía que se encuentra en el registro más bajo del instrumento.
Para formar un acorde invertido, hay que mover la nota más baja del acorde a una posición más alta. Por ejemplo, si tomamos el acorde de Do mayor, cuyas notas son Do, Mi y Sol, para invertirlo debemos mover la nota Do a una posición superior. Así, si elegimos la nota Mi como la nota más baja del acorde, tendremos un acorde de Do mayor invertido en tercera posición.
Los acordes invertidos se nombran utilizando números romanos. Por ejemplo, un acorde de Do mayor invertido en tercera posición se escribiría como "I6". El número romano indica la posición del acorde en relación con la nota fundamental de la tonalidad en la que se está tocando.
Los acordes invertidos se utilizan en todo tipo de música, desde el jazz hasta el rock, pasando por la música clásica. A continuación, veremos algunos ejemplos de cómo se pueden utilizar los acordes invertidos en diferentes contextos musicales:
En el jazz, los acordes invertidos se utilizan para crear progresiones de acordes más complejas y para explorar diferentes sonoridades. Por ejemplo, en una progresión de acordes I-VI-II-V, se podría utilizar un acorde VI7 en tercera posición para agregar interés y tensión.
En el rock, los acordes invertidos se utilizan para crear riffs y melodías interesantes. Por ejemplo, un guitarrista podría utilizar acordes invertidos para crear un riff que se mueva a lo largo del diapasón de la guitarra.
En la música clásica, los acordes invertidos se utilizan para crear armonías más complejas y para explorar diferentes sonoridades. Por ejemplo, en una pieza para piano, un compositor podría utilizar acordes invertidos para crear una sensación de movimiento ascendente o descendente.
Los acordes invertidos son una herramienta valiosa para cualquier músico interesado en explorar nuevos sonidos y melodías. Aunque puede parecer complicado al principio, invertir acordes es algo que se puede aprender con la práctica y que puede abrir muchas puertas creativas a los músicos.